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Capitanich promete garantías para que reabra la empresa bloqueda por Camioneros

Mientras, tres matones amedrentaron a la esposa del empresario delante de sus hijos y descargaron una montaña de basura en la puerta del negocio

El gobernador del Chaco, Jorge Capitanich, dio garantías de que podrá trabajar normalmente a Matías Morante, el dueño de la pmye de la ciudad de Resistencia que tuvo que cerrar por los bloqueos del Sindicato de Camioneros.

Aun así, la empresa seguirá cerrada hasta que el gobierno chaqueño no instrumente las medidas para garantizar que podrá reanudar sus tareas sin hostilidades el local de venta de materiales de construcción, inaugurado hace 45 días.

El conflicto se agravó incluso en las últimas horas: por un lado, las veredas del negocio y del depósito de la empresa amanecieron el viernes pasado con una montaña de bolsas de basura que descargaron camiones de recolección de residuos de la Municipalidad de Resistencia; por otro, la esposa del empresario fue amedrentada el jueves por tres matones que la interceptaron cuando fue a buscar a sus hijos al jardín de infantes. “Cuídense porque somos los que fuimos a cerrarles el negocio”, le dijeron delante de los chicos.

Ante la decisión de cerrar la empresa debido a las protestas extorsivas del gremio, anticipada por Infobae, el mandatario chaqueño llamó a Morante para mantener una reunión el viernes pasado en la sede de la gobernación, que se extendió durante una hora y media y contó con la presencia de los ministros de Trabajo y de Producción de la provincia.

Ante el relato de Morante sobre los bloqueos y agresiones que sufrió, Capitanich se comprometió a pedir la intervención de la Justicia y de la Comisión Arbitral de la Confederación General del Trabajo (CGT) porque el reclamo del sindicato está vinculado con el encuadramiento en el Sindicato de Camioneros de 6 de los 50 empleados de la pyme chaqueña.

Si bien el gobernador chaqueño no dijo nada públicamente hasta ahora sobre el bloqueo a Morante, en 2014, cuando fue jefe de Gabinete del gobierno de Cristina Kirchner, tuvo una postura muy crítica contra los bloqueos del sindicato de Moyano, que en ese momento afectaban a la empresa Techint. “Las medidas de acción directa relacionadas con el bloqueo de plantas constituyen medidas extremas de carácter ilegal que implica la necesidad de actuación en la órbita estrictamente judicial, o dentro de las atribuciones que tiene cada uno de los gobiernos provinciales”, dijo.

Luego de que el empresario se negó a la exigencia sindical, hace tres semanas, el sindicato que lidera a nivel nacional Hugo Moyano bloqueó la empresa durante 15 días y levantó la protesta el 12 de abril cuando Morante denunció: “Nos están asfixiando”. Sin embargo, el miércoles pasado volvieron a bloquearlo, desafiando incluso una orden judicial de desalojo, y el dueño de la pyme dijo a Infobae que había resuelto bajar las persianas definitivamente porque no aguantaba más: “Ya paré todo y voy a cerrar la empresa. Me duele en el alma, intenté de todo, pero nadie nos dio una mano”.

Morante hizo una inversión de 80 millones de pesos para abrir su nueva sucursal del negocio que tiene en el departamento San Martín, a 120 kilómetros de la capital provincial. Ambas fueron bloqueadas en la primera etapa de las protestas sindicales. La semana pasada, el sindicato reanudó las medidas contra Morante con un bloqueo que se concretó mediante una caravana de 30 camiones que impidieron el acceso y la salida del negocio, acompañada por unos 90 manifestantes del gremio.

La drástica decisión de cerrar la empresa y la enorme repercusión periodística que tuvo llevaron a Capitanich a reunirse con Morante. Pero el dueño de la pyme esperará que se cumpla el compromiso del gobernador antes de reabrir sus puertas.

Así, quedaron en la calle 15 empleados, entre los que trabajaban en el local y los choferes, y hasta ahora no se despejó el riesgo para el resto del personal. “No puedo seguir así -confesó-. Escupieron a un empleado y lo amenazaron de muerte. En 15 años de laburo nunca imaginé esto. Tenía 1500 cosas previstas como empresario: que venga un gobierno que no nos ayude, que la economía se caiga, que el rubro no venda, pero jamás imaginé que un sindicato nos iba a fundir”.

Como en otros bloqueos sindicales que se repiten en todo el país, la empresa afectada es una pyme. En este caso, se trata de un emprendimiento que Morante inauguró cuando tenía 18 años y en el que trabaja junto con su esposa y amigos.

“No puedo seguir así -confesó el empresario a Infobae el jueves pasado-. Escupieron a un empleado y lo amenazaron de muerte. En 15 años de laburo nunca imaginé esto. Tenía 1500 cosas previstas como empresario: que venga un gobierno que no nos ayude, que la economía se caiga, que el rubro no venda, pero jamás imaginé que un sindicato nos iba a fundir”.

Morante se niega a acceder a las exigencias del sindicato porque es “algo totalmente ilegal” y destacó: “No soy una empresario de transporte, soy un comerciante que compro y vendo mercadería. Lo que me piden es ilegal. Que vayan a la Justicia y que ahí se determine la situación. Que esta gente reclame en forma legal, como corresponde”.

Además del bloqueo, representantes del sindicato hablaron con sus proveedores para amenazarlos: si les seguían vendiendo mercadería a Morante, los iban a bloquear a ellos. “Estábamos tratando de restablecer la actividad y nos vuelven a matar. Salen a hablar con los clientes para que no nos compren. Laburando podía intentar acomodarme, pero no me dejan trabajar. No tengo chances”, dijo el empresario. Ahora, espera la ayuda prometida de Capitanich.

La protesta que provocó el cierre la empresa chaqueña se registró en forma simultánea con el fallo de una jueza que terminó con la detención de dos dirigentes de Camioneros en San Nicolás por el bloqueo a una distribuidora de alimentos. Y a cuatro meses de que, también por un bloqueo, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional confirmó el procesamiento de cinco representantes del mismo sindicato, entre ellos Omar Pérez, estrecho colaborador de Hugo Moyano, y que en su sentencia fue lapidaria: “Ninguna norma autoriza la coacción”.

fuente: InfoBAE

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