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Milei no designará embajador en Nicaragua y duda si hará lo mismo en Venezuela y Cuba

El Gobierno de Javier Milei no designará embajador ante el gobierno de Nicaragua y mantiene dudas sobre cómo obrar con Cuba y Venezuela, en un cambio de actitud política y diplomática de la Argentina respecto de lo hecho por el kirchnerismo. Esa definición tendrá eco en en Naciones Unidas (ONU) respecto de la relación de Buenos Aires con los gobiernos de Daniel Ortega, Miguel Díaz-Canel, y Nicolás Maduro.

Argentina anunció, además, que volverá al grupo de países que presentan la resolución sobre los derechos humanos en Nicaragua. Así se supo durante la Reunión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra; que tuvo lugar este lunes 18 y en la que la nueva Cancillería busca mostrarse activa pero en la promoción de las democracias liberales.

La Argentina se había retirado de dicho grupo en el año 2020 bajo la presidencia de Alberto Fernández, siendo embajador en Ginebra Federico Villegas.

Por el contrario, bajo la presidencia de Macri, y siendo embajador en Ginebra Carlos Foradori, la Argentina había liderado la primera resolución sobre Nicaragua en el Consejo de Derechos Humanos en el año 2019 junto con otros países de la región como Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, Paraguay y Perú.

El retiro de la Argentina del grupo en el año 2020 fue inaudito, porque otros integrantes del grupo en los que posteriormente hubo un cambio de gobierno y ganó la izquierda, como Colombia, Chile, Perú y Brasil, permanecieron en el mismo. El de Argentina fue un cachetazo tanto para sus socios como para la sociedad civil nicaragüense y los funcionarios de la ONU en Ginebra, porque necesitaban del apoyo argentino frente al empeoramiento constante de la situación de derechos humanos en Nicaragua.

En su discurso, los representes de la Argentina expresó que “no aceptará que se invoquen la soberanía ni las sanciones económicas como justificación para no garantizar la plena vigencia de los derechos humanos”. Seguramente fue una crítica velada hacia países como Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irán, Siria, Corea del Norte, Belarús, Rusia, entre otros, que invocan lo que denominan “medidas coercitivas unilaterales”.

La Argentina también instó a las autoridades nicaragüenses “a liberar de inmediato a todas las personas detenidas arbitrariamente y a restablecer los derechos de las personas privadas de su nacionalidad”. Se recuerda que los opositores son encarcelados, expulsados del país y se les quita su nacionalidad, propiedades y todos sus derechos civiles y políticos. Con este discurso, el nuevo gobierno buscaría transmitir que los derechos humanos son una política de estado sin prejuicios ideológicos ni dobles estándares, a diferencia de las administraciones kirchneristas.

La Argentina se había retirado de dicho grupo en el año 2020 bajo la presidencia de Alberto Fernández, siendo embajador en Ginebra Federico Villegas.

Por el contrario, bajo la presidencia de Macri, y siendo embajador en Ginebra Foradori, la Argentina había liderado la primera resolución sobre Nicaragua en el Consejo de Derechos Humanos en el año 2019 junto con otros países de la región como Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, Paraguay y Perú.

En su discurso de ahora, el nuevo gobierno expresó que “no» aceptaba que se invocara «la soberanía ni las sanciones económicas como justificación para no garantizar la plena vigencia de los derechos humanos”. Seguramente fue una crítica velada hacia países como Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irán, Siria, Corea del Norte, Belarús, Rusia, entre otros, que invocan lo que denominan “medidas coercitivas unilaterales”.

El retiro de la Argentina del grupo en el año 2020 fue inaudito, porque otros integrantes del grupo en los que posteriormente hubo un cambio de gobierno y ganó la izquierda, como Colombia, Chile, Perú y Brasil, permanecieron en el mismo. Fue un cachetazo tanto para sus socios del grupo, como para la sociedad civil nicaragüense y los funcionarios de la ONU en Ginebra, porque necesitaban del apoyo argentino frente al empeoramiento constante de la situación de derechos humanos en Nicaragua.

La Argentina también instó ahora a las autoridades nicaragüenses “a liberar de inmediato a todas las personas detenidas arbitrariamente y a restablecer los derechos de las personas privadas de su nacionalidad”.

Se recuerda que los opositores son encarcelados, expulsados del país y se les quita su nacionalidad, propiedades y todos sus derechos civiles y políticos.

Con este discurso, el nuevo gobierno buscaría transmitir que los derechos humanos son una política de estado sin prejuicios ideológicos ni dobles estándares, a diferencia de las administraciones kirchneristas.

Por cierto, tras conversaciones entre el jefe de Gabinete de Mondino, Federico Bartffeld y el vice canciller Leopoldo Sahores, acordaron que el nuevo director de Derechos Humanos de la Cancillería sea Christian Matías Machuca, quien hasta ahora estaba destinado en organismos internacionales en Ginebra y ahora tendrá a cargo la responsabilidad de implementar el giro en materia de derechos humanos y otras posiciones de gobierno de Javier Milei.

Tras el triunfo del libertario, el dictador Daniel Ortega retiró a su embajador en Argentina, Carlos Midence, por las «declaraciones y expresiones» del presidente Milei, quien había asegurado que no «promovería» la relación con comunistas y dictadores.

fuente: Clarin

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