El 33% de las personas con empleo tienen ingresos por debajo de la línea de pobreza
Según el informe difundido ayer, casi el 60% de la población tiene empleo precario (26,5%), subempleo inestable (24,3%) y desempleo (8,8%). También hay detalles sobre la brecha salarial y perspectivas hacia 2024.
El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) presentó ayer su informe «Deudas sociales crónicas y desigualdades crecientes. Desafíos para la agenda pública (2004-2023)», con datos del tercer trimestre de este año sobre pobreza e indigencia, pero además, con una evaluación integral en materia social y económica.
Los datos que arrojó este último informe de la UCA revelan que hay un universo de «nuevos pobres» en el país. Esto significa «trabajadores pobres» que trabajan pero no les alcanza para vivir, se encuentran en la informalidad, tienen cobertura de salud o educación precaria o viven en casas que se condicen con la pobreza.
Así, el informe revela que en 2023, el 33,1% de las personas ocupadas (con empleo) en el país tienen ingresos por debajo de la línea de pobreza , de los cuales se suma también que el 32,5% viven en hogares pobres.
«No hay un gobierno más responsable que el otro, no es cuestión de color político el aumento de la pobreza. Tampoco es cuestión de si es un modelo pro mercado o pro Estado. La gente se defiende creando su propio trabajo», sostuvo Agustín Salvia, director del Observatorio, encuadrando el fenómeno de la informalidad en el mundo del empleo como forma de subsistencia ante la crisis.
En esa línea, el reporte destaca que la tasa de pobreza pegó más en los sectores muy bajos, alcanzando el 68%, mientras que en los sectores altos apenas llegó al 11% y en el promedio total alcanzó en el 2023 al 44,7%. Estos son índices que se vieron antes de la pandemia del COVID en el 2020 y son similares a los años de la presidencia de Néstor Kirchner en el 2004 y 2005.
Empleo y seguridad social
El documento de la UCA –analizado en El Cronista y Ámbito Financiero previo a su difusión- también sostiene que la falta de acceso al empleo y a la seguridad social constituyen la dimensión en la que el déficit presenta mayor incidencia: el 35,7% de la población reside en hogares que no tienen ingresos por empleo registrado o jubilaciones o pensiones contributivas.
En tanto, se destacó que casi el 60% de la población en la Argentina tiene empleo precario (26,5%), subempleo inestable (24,3%) y desempleo (8,8%).
El informe también mostró que las remuneraciones sufren un continuo deterioro en términos reales , algo que «no sólo ocurre por la puja distributiva sino fundamentalmente ante una caída en la productividad media del trabajo».
Por lo mismo, si bien la participación de los trabajadores asalariados formales en el ingreso ha tenido y continúa teniendo un peso insuficiente, la evolución de la media de ingresos ya no es representativa de los ingresos reales de los trabajadores.
Brechas
Además, el reporte advierte que «la brecha de ingresos entre los trabajadores de más alta y más baja remuneración, más que duplica la brecha de ingresos entre la ganancia media de los empresarios y la remuneración media de los trabajadores asalariados».
En este sentido, el informe revela que frente a la «pobre creación de más y mejores empleos» , y la imposibilidad de generar mejores remuneraciones, el gasto en transferencias sociales ha sido el mecanismo por excelencia más eficiente para mantener una relativa paz social.
Para Salvia, «la causa de la pobreza ha sido y sigue siendo la falta de inversión y de un crecimiento equilibrado entre sectores dinámicos y sectores tradicionales, con capacidad de generar más y mejores empleos, o, incluso, trabajos dignos en la economía informal. El resultado es un aumento sostenido de la población «sobrante».
En el balance final del trabajo, el informe de la UCA sostiene que «el principal problema no parece ser económico en la Argentina sino político: liderazgos con capacidad de gestión y compromisos para construir soluciones estratégicas».
Tendencia hacia 2024
Para 2024, el diagnóstico desde ODSA indica que la tendencia a la suba de la pobreza seguirá. Advierten que, a partir de un período de ajuste y saneamiento de la macroeconomía del país, habrá un crecimiento de este factor aunque no será un salto importante en las cifras. Para Salvia, «los más afectados serán aquellos que forman parte del 30/40% de la población socioeconómica más vulnerable, a los que habrá que prestarle atención», aclaró.
La encuesta de la Deuda Social de la UCA se hizo sobre un muestreo de 5760 hogares en un universo geográfico de los grandes conglomerados urbanos que abarca el área metropolitana del Gran Buenos Aires, Gran Córdoba, Gran Rosario, Gran Mendoza, Salta, Neuquén La Rioja, San Juan Tierra del Fuego, Chubut y Chaco.
Las posibilidades en el tablero para frenar la inflación
¿Cuál será el ancla del nuevo programa económico?
El equilibrio fiscal vía reducción del gasto público y un nuevo tipo de cambio son dos de los ejes que tendrá la política económica del nuevo gobierno argentino luego del 10 de diciembre. De hecho, son hoy de las pocas certezas que existen en cuanto a lineamientos en esta materia.
El Radar Económico de la Consultora PXQ, al analizar algunas variables y los efectos que podrían generar las primeras medidas de la nueva gestión, sostiene que el equilibrio fiscal y un dólar estimado en torno a AR$/US$ 700, implicarán «una presión sobre el gasto público indexado y sobre las coberturas cambiarias e inflacionarias de la deuda». Por tanto, a la hora de buscar «el ancla» del programa, una opción podría ser «pausar las paritarias». «Si el Presidente electo no logra una pausa en las paritarias, lo único que se puede esperar es una aceleración sustantiva de la inflación», indica el informe de la semana pasada.
Sin embargo, advierte que en un sistema que no tendrá anclas nominales, la incógnita por despejar será a qué tasa de inflación se converge, teniendo en cuenta que se avanzará en una «desregulación de los precios», que podría ser gradual.
«Para lograr la convergencia a una tasa de inflación menor , se deduce que a posteriori de la corrección cambiaria (llevando el dólar a 700), el BCRA se vería obligado a retomar el esquema de crawling-peg (devaluaciones graduales) si se quiere evitar una nueva apreciación del tipo de cambio oficial que ensanche la brecha», sostiene el reporte económico.
fuente: Diario Norte