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Ribereños comenzaron a abandonar sus hogares en Barranqueras y Vilelas

Lugareños empezaron ayer a buscar zonas altas para resguardarse del avance del río. La inminente inundación apresuró la movida a fin de proteger personas y salvar bienes.

Si bien la crecida del río Paraná, a causa de las grandes lluvias por efecto de El Niño en la cuenca alta de Brasil, se preveía para el lunes de la próxima semana, el ingeniero hídrico Hugo Rohrmann aseguró que el desborde de las aguas se adelantaría a este domingo. Las previsiones indican que en el Puerto de Barranqueras el hidrómetro registraría una altura de hasta 7 metros.

Hugo Rohrmann, explicó que «El pico se dará hacia el fin de semana y el río estará entre los 6,50 y 7 metros, por lo que todo indica que deberá activarse el operativo de evacuación», señaló.

El foco de preocupación se encuentra sobre las familias de Barranqueras y Vilelas que viven en zonas costeras y bajas, por fuera de la defensa que representa el terraplén, además de las zonas vulnerables de la Isla del Cerrito y Antequeras.

VIVIR AL MARGEN

«En 2012 tuvimos que dejar nuestra casa e instalarnos arriba por seis meses. Perdimos de todo, colchones, muebles, mercaderías» dijo a NORTE Norma Gutiérrez quien vive hace más de 10 años frente al Paraná en la zona baja de Barranqueras.

Armando Molina de Vilelas: «La gente de acá no es el problema, sino la que viene por el río. Pasan y llevan todo».
Confesó que está «nerviosa pero preparada para lo que venga». La mujer de 57 años relató que «cuando venga el agua nos iremos para arriba a esperar que baje. De hecho mi marido ahora está viendo dónde nos vamos a trasladar. Así es vivir acá».

Ante la inminente inundación NORTE recorrió las costas del Paraná y recogió los testimonios de quienes se verán más afectados. «Cuando crece el río nos avisan desde la municipalidad y nos ayudan de distintas maneras, pero ya estamos acostumbrados» relataron Lorena y Hernán Mierez. La pareja vive junto a su único hijo.

«Cuando el agua sube hasta acá, nos movemos al ranchito de ahí arriba (señalando el terraplén) y nos instalamos. Y si sube más nos volvemos a mover, pero no podemos dejar nuestra casa sola, ni a todos estos animales». Cuatro chanchos, dos caballos, tres perros y varias gallinas dan sustento a su familia, que se complementa con lo que Hernán recauda de la pesca.

Armando Molina tiene 61 años y vive solo en la ribera de Puerto Vilelas, junto a una veintena de chanchos que cría para sostenerse. «Claro que se pierde. Cuando el agua avanza no tenés dónde dejar a los animales ni cómo rebuscarte».

Durante la última inundación que Armando recuerda, «hace tres años», perdió cuatro chanchas preñadas y otros tantos objetos de valor personal. «Hoy aparecieron los de la municipalidad alertándonos y preguntando cómo íbamos a hacer. Yo no puedo salir de acá, tengo que ir más arriba y esperar a ver qué hago».

fuente: Diario Norte

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