“Rosario sangra”: en medio de una violenta ola de crímenes habrá una nueva marcha al Monumento a la Bandera para reclamar paz
La ciudad acumula el trágico registro de 47 homicidios dolosos en lo que va del 2023 —solo 53 días—. Un repaso de los graves hechos que desencadenaron la movilización popular pautada para esta noche.
Por el espiral de violencia que atraviesa Rosario, cuyo departamento acumula 47 homicidios dolosos en lo que va del año –según el Observatorio de Seguridad Pública–, víctimas de hechos de inseguridad y familiares de personas asesinadas encabezarán este miércoles por la noche una movilización frente al Monumento Nacional a la Bandera.
“Rosario sangra”, “Rosario quiere paz” y “Rosario quiere vida”, son las consignas del encuentro que comenzará a las 20. Quienes hicieron circular los datos del evento también solicitaron que todos concurran con una bandera argentina como símbolo.
La frase “Rosario sangra” no es la primera vez que aparece en una marcha en la ciudad. La anterior ocasión tuvo lugar en 2016 bajo el gobierno del socialista Miguel Lifschitz en medio de una seguidilla de robos muy violentos y de dos crímenes de alto impacto mediático, que fueron los homicidios de Nahuel Ciarroca –lo mató un ladrón para robarle el celular– y de Fabricio Zulatto, un joven que fue ejecutado y enterrado en barrio Toba por encargo de un dealer que luego fue detenido.
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Algunas circunstancias de esta nueva edición de “Rosario sangra” guardan similitud con la de 2016. Distintas subestructuras de bandas grandes se disputan a tiros el territorio para la venta de droga en los barrios, lo que se traduce en una escalada de muertos y heridos en balaceras, y se dieron varios episodios consecutivos de robos con mucha violencia, algunos de ellos, terminados en asesinatos.
Uno de los asaltos con alto grado de agresividad que desencadenó, en parte, la movilización es el que sufrió un matrimonio el 11 de febrero pasado en José Ingenieros al 1900, en barrio Arroyito, cerca de la cancha de Rosario Central. Padre e hijo ladrón atacaron a las víctimas para sacarles su auto y las balearon, dejándolas internadas con pronóstico reservado.
El principal sospechoso del robo es un preso que había cometido el delito durante una de sus salidas transitorias, según informó el fiscal Alejandro Ferlazzo, quien lo llevó a audiencia imputativa junto a su hijo, que también participó en el ataque y se desplazaba en una silla de ruedas.
Si bien la inseguridad es un hecho que está a la orden del día en Rosario, no es el principal componente que se observa en los crímenes que tuvieron lugar este año. En enero hubo 25 casos y en lo que va del febrero, 22. Solo en tres investigaciones por homicidios ocurridos en este primer bimestre asoman con nitidez entre las hipótesis que las víctimas fueron atacadas en ocasión de asalto. A estas cifras hay que agregarle una ejecución de la que no se recuerdan antecedentes en la ciudad: el asesinato del 1° de febrero de Lorenzo “Jimi” Altamirano frente a la cancha de Newell’s, quien según los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra fue usado como medio para enviarle un mensaje a integrantes de la barra brava leprosa.
Al caso de Altamirano se le agrega que la víctima no era de Newell’s, no tenía relación con ningún miembro de la barra brava y ni siquiera tenía interés en el fútbol, de acuerdo a los testimonios de sus familiares y amigos. Su crimen representó, para el fiscal Schiappa Pietra, el primer hecho “donde se usó la vida de una persona sin vinculaciones con un entramado delictivo para comunicar un mensaje mafioso”. “Por un lado te marca el nivel de beligerancia en la criminalidad, que es fenomenal, y por el otro, que desafían a las instituciones públicas”, expresó el pasado 11 de febrero en una entrevista con Infobae.
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Del margen restante de crímenes de este año hay un alto porcentaje, que los investigadores policiales y judiciales no se animan a precisar por el momento, donde las víctimas estaban envueltas en entramados delictivos o fueron utilizadas para mandar mensajes a familiares que sí tenían relación con el mundo del hampa.
Lamentablemente, en los últimos dos años, en Rosario también hubo asesinatos cuyas víctimas recibieron disparos por el solo hecho de estar en el momento y en el lugar equivocado. Uno de los casos más emblemáticos es el doble homicidio de Virginia Ferreyra y su madre Claudia Deldebbio, que en julio de 2022 fueron acribilladas mientras esperaban un colectivo en barrio Parque del Mercado. El fiscal de esa causa Patricio Saldutti se animó públicamente a señalar que el ataque fue instigado por un narco preso que buscaba infundir “temor” en todo el complejo Fonavi para amedrentar a nuevos dealers.
fuente: InfoBAE