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Asalto al poder en Brasil: desmantelan campamentos de bolsonaristas y hay 1.200 detenidos

Lula da Silva se reúne con gobernadores para analizar la crisis. Seguidores de Bolsonaro bloquean rutas en varios estados.

El día después de la invasión de bolsonaristas a los tres edificios del poder en Brasilia: el Congreso, el Planalto y el Tribunal de Justicia, Lula da Silva retoma sus actividades este lunes con una reunión con los gobernadores para analizar la crisis que lo sorprendió a una semana de haber asumido. Mientras, el ejército desmantelaba campamentos opositores. Y el saldo de detenidos llegaba a 1.200, según O’Globo.

Con todo, la oleada bolsonaristas no estaba aquietada en las primeras horas de este lunes. Simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro bloquearon este lunes avenidas y rutas en San Pablo y otros estados del país. Un juez de la Corte ordenó entonces la prohibición de manifestaciones hasta el 31 de enero y convocó a alcaldes, gobernadores y generales

Un grupo de activistas bloqueó a las 6 de la mañana la avenida Marginal Tieté, una de las principales de la ciudad de San Pablo, donde quemaron residuos y neumáticos, causando un embotellamiento de vehículos de varias cuadras, informó la cadena Globo.

La Policía Caminera Nacional informó que también había bloqueos totales o parciales de rutas en varios estados, especialmente en Santa Catarina, en la región sur y en Mato Grosso, región amazónica.

Campamentos bolsonaristas

El Supremo Tribunal Federal ordenó la evacuación de los campamentos bolsonaristas desplegados en varias ciudades del país frente a unidades del Ejército.

En la mañana de este lunes, poco después de las ocho, fuerzas de seguridad cercaron a los bolsonaristas acampados en Brasilia y los manifestantes abandonaban el lugar, informó O’Globo.

Agentes de la Policía Militar del Distrito Federal y de la Fuerza de Seguridad Nacional retiraron a la totalidad de los manifestantes que se encontraban en el campamento bolsonarista frente al Cuartel General del Ejército, Brasilia.

En total, 1.200 personas fueron arrestadas en el lugar y enviadas a las cárceles de Papuda y la Penitenciaría de Mujeres en unos 40 micros.

La desmovilización también fue tomada por el juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal, quien declaró en su decisión que «nada justifica» la existencia de concentraciones llenas de «terroristas».

Sin embargo, otros manifestantes permanecían este lunes instalados frente a una unidad del Ejército en el parque Ibirapuera, en San Pablo, a pesar de las órdenes de evacuación del Supremo Tribunal Federal.

Además, la Policía Caminera Nacional informó que inconformes realizaron bloqueos totales o parciales de carreteras en varios estados, especialmente en Santa Catarina, en la región sur y en Mato Grosso, región amazónica.

Gobernador suspendido

Los hechos de desataron este domingo cuando una marea de manifestantes vestidos de amarillo y verde -los colores de la bandera y de la campaña de Bolsonaro- asaltó poco después de las 2 de la tarde las sedes de los tres poderes del Estado en la capital brasileña, en un estallido inédito de violencia que desató enseguida una ola de condenas dentro y fuera del país.

Luego de más de cuatro horas de máxima tensión, autoridades de Brasil confirmaron que la Policía recuperó el control de los edificios ​y logró desalojar a los manifestantes, en un operativo que incluyó gases lacrimógenos y enfrentamientos. Hay al menos 400 detenidos.

Al menos 46 personas resultaron heridas, seis de ellas graves y dos que fueron intervenidas quirúrgicamente de emergencia, informó este lunes el hospital de Brasilia según el sitio de noticias 20 Minutos.

También hubo «bajas» políticas, De Moraes apartó de su cargo al gobernador del Distrito Federal de Brasilia, Ibaneis Rocha, por 90 días, tras el asalto de este domingo.

De Moraes ordenó también a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado actuar para liberar cualquier tipo de vía o edificio público ocupado por partidarios del expresidente Jair Bolsonaro en todo el país.

Un indignado Lula da Silva ordenó la intervención de Brasilia hasta el 31 enero, y prometió el castigo a los «vándalos» que protagonizaron las tomas.

Lula lanzó duras críticas contra Bolsonaro, de quien dijo que «escapó» para no entregarle la banda presidencial, algo inédito en décadas de democracia en el país.

Lula regresó a Brasilia por la noche e inspeccionó los graves destrozos provocados en las sedes de los tres poderes del país. En su última aparición pública del día, Lula dijo que este lunes «retoma labores en el Palacio del Planalto». «Democracia siempre. Buenas noches», tuiteó el presidente.

El Parlamento investiga

El Congreso brasileño ya recolectó 14 de las 27 firmas de senadores necesarias para abrir una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) que deberá lidiar con el asalto a los edificios del poder.

El presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, que viajaba por vacaciones, regresó anticipadamente a Brasilia con el objetivo de instalar la comisión el martes, en sesión extraordinaria, según informó CNN Brasil.

Uno de los autores de la solicitud de la CPI, el senador de la mayoría, Renan Calheiros, dijo en las redes sociales que los hechos del domingo fueron un «delito anunciado».

«Deben determinarse las responsabilidades del más grave atentado contra la democracia brasileña. Al igual que se hizo con los hechos en el Congreso de Estados Unidos. No van pasar«, escribió el político.

fuente: Clarin

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