Diego Guelar: “China tiene en Neuquén una base aeroespacial, que es potencialmente una base militar”
El ex embajador en Beijing durante el macrismo participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación. Su relación con Sabino Vaca Narvaja. Y los secretos de la base que China instaló en la Patagonia argentina.
El ex embajador en China durante el macrismo también hizo referencia a la respuesta pública de Alberto Fernández a Cristina Kirchner. “Ya no le queda más espacio que responder. Está apestillado de una forma brutal. No tiene otra alternativa ya que el Gobierno está roto”, aseguró Guelar en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.
—Usted fue embajador de China durante el gobierno de Mauricio Macri. ¿Cómo califica la gestión del actual embajador, Sabino Vaca Narvaja?
—Es una muy buena pregunta. Yo tengo con Sabino una relación especial porque fui compañero de su padre, Fernando Vaca Narvaja, en una etapa muy jugada de mi vida de la que soy superviviente y muy autocrítico. Fue una enorme locura todos los años ’70 ya que perdimos el rumbo, más allá de la organización a la que pertenecí como Montoneros. Lo conocí a de chico: me regaló unos trabajos que había hecho sobre China cuando él estaba trabajando en la Universidad de Lanús y yo era embajador en China. Es un chico bien educado y respetuoso. Y creo que el respeto, saber decir gracias y perdón son elementos fundamentales en la formación y calidad de una persona. Después desgraciadamente cuando a uno le gana una ideología es muy fuerte, aunque hemos mantenido una relación respetuosa. Pero creo que Sabino está muy orientado por la ideología del Instituto Patria: cree en esas cosas y esto lo ha hecho ser una especie de devoto de una China ideada por él. Los dogmáticos en general tienen una visión que no coincide con la realidad, ven su dogma y es más duro que la ideología. En el caso de Sabino, esa concepción creo que le consume demasiada energía, cosa que lamento porque es un muy buen muchacho, bien educado y respetuoso.
—Desde el año 2013 se cerraron los Institutos Confucio en muchas universidades de todo el mundo, con el pretexto de que son centros de adoctrinamiento del Partido Comunista Chino ¿Usted qué opina?
—Yo no creo que eso es así. China es una sociedad vertical, cada vez menos comunista. El hecho comunista era algo occidental. Fue inventado originalmente por un judeo alemán que se basó en el sistema de producción capitalista de la revolución industrial inglesa. Nada de chino, absolutamente nada. Entonces lo menos chino que hay en China es el Partido Comunista. Un funcionario chino repite cosas: si se le hace una pregunta a un chino y un papel responde la pregunta, el funcionario responde leyendo ese papel. Yo soy profesor en universidades chinas y nunca he logrado que un alumno me haga una pregunta. Los alumnos van a estudiar, no van a preguntar. Otro ejemplo: el Partido Comunista Chino publicó un “Libro Blanco” de las aperturas de comercio y aportes al libre comercio de China al mundo. Era un documento muy interesante que distribuían a todas las embajadas y nosotros se lo teníamos que explicar al mundo. En un momento, yo levanto la mano frente a todo el cuerpo diplomático y le pregunto al ministro de comercio por qué no lo publicaban con sus embajadas en todo el mundo y que fueran sus embajadores los que salieran a explicarlo. La respuesta fue: “No, nosotros le tenemos confianza a ustedes. No puede hacer eso un embajador chino, porque lo único que hace es repetir textualmente el texto”. Esto genera esa imagen muy fácil. Siempre digo que ganaría una fortuna haciendo que empresas chinas abandonaran la competencia con una empresa americana o argentina utilizando la paranoia del sistema vertical.
—Aun se sabe muy poco del observatorio espacial implementado en Neuquén mientras era embajador en China ¿Qué es lo que cedió Argentina para que China tenga soberanía sobre el territorio?
—Para China era imprescindible tener ese observatorio en Neuquén, por la ubicación y la observación. Seis meses después del proceso que estaba firmado y ratificado, llego como embajador a Beijing y lo primero que planteo es agregar una cláusula: que las actividades del observatorio tenían que concentrarse en actividades civiles. Porque su dependencia final son las fuerzas armadas chinas. China tiene en Neuquén una base aeroespacial que es potencialmente una base militar. No es su uso actual, pero potencialmente puede serlo. Había que especificar que la única utilización era civil, que además era la justificación que había dado China. Así lo usó el año pasado para la misión del avistaje de la cara oscura de la Luna. La verdad creí que iban a ver la propuesta muy interesante. Pero esa no fue la reacción. En dos meses tuvimos incorporado el addendum. Los chinos dijeron efectivamente que no tenían ningún objetivo militar para este observatorio y por lo tanto les parecía bien. Nunca se los había pedido el gobierno argentino y no hay ningún problema en incorporarlo. A mí me ha pasado durante la pandemia, que he dado cursos en todo el país, que gente de nivel universitario me preguntaba si de una antena 5G podían emitir el virus del Covid.
—¿Por qué se sabe tan poco de lo que se está realizando y no puede ingresar personal argentino?
—No es que no puede entrar. La Comisión de Estudios Espaciales del Estado Argentino puede entrar cuando quiere. Yo arreglé que inclusive haya un horario para que vayan los chicos del colegio. Está a doscientos kilómetros de la primera población, porque se necesitan condiciones de cierta serenidad y aislamiento de ruido para cumplir su tarea de observación. Esto no se cumple porque las escuelas no tienen para pagar la nafta del micro y así llevar a los chicos. Además, la información siempre es un dato cerrado en China. El sistema chino es lo más parecido al manejo del misterio del Vaticano.
—¿Por qué cree que no se sabe nada sobre de lo que sucede ahí adentro?
—Porque la información en China no existe como información pública.
—Pero es territorio argentino.
—Sí, pero el dato del control de su actividad lo tienen reconocido como un observatorio chino. ¿Ustedes han visto mucha información del observatorio en Malargüe de la Unión Europea, que es igual a este? No, es la Unión Europea.
—¿Usted diría que no hay nada para preocuparse?
—Nada, en lo más mínimo. Al contrario, por suerte el espacio lejano es muy observado. Chile, por tener la misma ubicación en el mapa que nosotros, tiene veintisiete observatorios. Estoy seguro que deberíamos abrir más y ofrecerle a Japón ya universidades de hacer más observatorios. Porque tenemos este agujero negro especial. Cada uno de estos observatorios cuesta cincuenta millones de dólares: en cada uno podemos tener diez por ciento de utilización. Tenemos satélites, hemos sido muy ricos en generación de tecnología, ciencia y gente capacitada en temas espaciales. Para nosotros debería ser un campo de extensión sin ningún tipo de limitación.
—En este Ciclo de Entrevistas de Perfil Educación, Javier Milei dijo que podría compartir una candidatura con Mauricio Macri. ¿Qué opina sobre esa posible fórmula?
—Yo creo que cualquier cosa puede pasar en este momento. Soy un admirador de lo que pasa con Milei. Creo que es un peludo de regalo. Y yo formalmente formo parte del mundo PRO. Yo creo que Milei viene a cuestionar verdades del mundo Juntos por el Cambio. Y reconozco que lo hace muy bien. En esta cosa surrealista que vivimos en la Argentina, es como perfecto. Necesitábamos un disruptivo. Esto no se da por izquierda con este pobre chico Del Caño: debe ser un buen muchacho, aunque no lo conozco. Pero de energía, nada. Uno caza el energiómetro, lo pone, y no tiene pila. No despierta ese algo o el aura que se debe tener. Del Caño no lo tiene. Y no sería malo que hubiera un Del Caño que motivara jóvenes por el lado del sueño socialista. Yo creo que sería muy bueno. Muy positivo para la sociedad: especialmente que los jóvenes tuvieran un sueño anarco capitalista y un sueño comunista.
—¿Pero usted no cree que se pueda dar la fórmula Macri-Milei?
—Nunca se me había ocurrido que pudiera ser. Lo veo difícil, pero la realidad es tan cambiante y se mueve tanto. Yo creo que fue muy bueno que el ex presidente entendiera con afecto la presencia del Milei y no como un dato competitivo o negativo como plantea el radicalismo: son otra religión. Yo tengo muchos amigos radicales que quiero y respeto mucho, son religiosos. Hay una religión radical.
—¿Por qué cree que Alberto Fernández le contestó públicamente ahora a Cristina Kirchner?
—Creo que porque no tiene otra alternativa. Está apestillado de una forma brutal, pornográfica. Y más allá de su falta de dignidad total, ya no tiene más espacio más que responder. Este gobierno está roto. Si no resuelve esto, va a desaparecer como gobierno porque no hay condiciones mínimas en el país: 60 por ciento de inflación, inminencia de default por no cumplir con el fondo monetario en la primera inspección, al borde de una hiperinflación y la presión social entre los que trabajan, los que no y quieren trabajar, más la reivindicación del “planero” como fenómeno social que quiere que le aumenten el plan. No me parece que esto sea sostenible. Estamos en un punto de no retorno.
—Agradecemos mucho su participación del ciclo de entrevista con estudiantes de periodismo de Perfil Educación y le damos la posibilidad de cerrar el reportaje con un comentario final que quiera realizar.
—Quedo a disposición de ustedes. Tengo una larga vida que ha incluido actividades periodísticas, desde clandestinas hasta ser director editorial de La Razón. Así que tenemos mucho en común, quiero estar a disposición de ustedes y felicitarlos por la carrera que están haciendo. Realmente el cuarto poder es el poder más importante. Nuestra sociedad libre no podría vivir sin el periodismo libre. Es una gran decisión.
fuente: Perfil