El Mercosur se mete en una cumbre europea sobre fondos a Ucrania y muchos dan por muerto un acuerdo con la UE
No nació todavía el presidente francés que acepte firmar un acuerdo comercial con Mercosur que incluya el comercio de productos agropecuarios, que abra el mercado europeo a la producción del campo de una potencia mundial como el bloque sudamericano.
La cumbre europea de este jueves debía servir, únicamente, para forzar lo suficiente a Hungría y que desbloqueara de una vez el paquete financiero que la Unión Europea tiene preparado para Ucrania: 50.000 millones de euros para sostener a Kiev los próximos cuatro años y 20.000 millones más para armamento, que finalmente serán distribuidos de forma bilateral, no en bloque.
Mientras se buscaba esta semana un acuerdo con el primer ministro húngaro Viktor Orban, la cumbre empezó a tomar otro cariz a la vez que se calentaba el campo europeo con unas protestas que en los últimos días intentaron sitiar con tractores las grandes capitales, sobre todo París y Bruselas.
La presión del campo francés hizo que el gobierno del recién nombrado primer ministro Gabriel Attal, anunciara que su país no firmará el acuerdo que se negocia desde hace más de dos décadas y que ya tuvo un primer acuerdo en julio de 2019 que quedó en nada.
Las palabras de Attal ante la Asamblea Nacional francesa son el preludio de la cumbre de este jueves, en las que el presidente Emmanuel Macron pedirá a la Comisión Europea que de por finalizadas las negociaciones con el Mercosur.
Los acuerdos comerciales europeos se aprueban por mayoría cualificada y Francia en solitario no podría vetarlo, pero a nadie se le pasa por la cabeza ponerlo a votación contra la opinión francesa, en el Parlamento Europeo tampoco hay una mayoría suficiente para aprobarlo y París no está solo. Tras la diplomacia francesa, más ruidosa en este asunto, se esconden otros países como Bélgica, Irlanda, Austria, Polonia, Luxemburgo o los Países Bajos.
Un acuerdo que dan por muerto
La Comisión Europea ya cedió este miércoles reduciendo las importaciones de productos agropecuarios ucranianos y suspendiendo por un año la norma que obliga a mantener el 4% de los campos en barbecho, pero de la cumbre podría salir el féretro del acuerdo con Mercosur.
Francia siempre se negó. Y aunque el martes, durante una conferencia de prensa, el portavoz jefe de la Comisión Europea, Eric Mamer, dijo que las negociaciones seguían, los diplomáticos consultados en Bruselas estos días lo dan por muerto.
El propio Mamer tuvo que reconocer que “ahora mismo no se reúnen las condiciones para concluir las negociaciones con Mercosur”.
En realidad, del análisis de la política comercial europea de las últimas dos décadas se puede extraer que nunca se darán esas condiciones porque la Unión Europea nunca firmó un acuerdo comercial entre iguales, ni siquiera con bloques o países menores pero potentes en algún sector, como es el Mercosur en el agropecuario.
La Unión Europea no tiene acuerdos comerciales, por ejemplo, con Estados Unidos o China, porque eso la llevaría a ceder como su contraparte. Como primer bloque comercial y económico del planeta (448 millones de personas y uno de los niveles de vida más altos) puede permitirse firmar acuerdos comerciales únicamente con países que acepten importantes concesiones a cambio de tener acceso a ese mercado.
Los países más grandes con los que ha firmado son Japón, Canadá o México. Países que aceptaron ceder mucho más que los europeos a cambio de ese acceso al mercado del viejo continente. Los sucesivos gobiernos en los países del Mercosur nunca aceptaron tal nivel de concesiones.
fuente: Diario Norte