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Recta final al balotaje: entre la desesperación de Massa y la obsesión de Milei

Pese a su actuación en el debate, al ministro-candidato le pasan números donde persiste la paridad. Y no tiene un día sin malas noticias. El libertario insiste en que le harán "trampa". Qué papel juega Macri.

Han pasado tres días desde el debate presidencial por televisión y ninguna consultora de opinión pública registró todavía algún movimiento sustancial que modifique la paridad existente entre Sergio Massa y Javier Milei para el balotaje del domingo.

Dos empresas convocaron a un centenar de personas para compartir el espectáculo. Divididos por estratos sociales y etarios. También por preferencias: aquellos que se inclinan a favor del ministro-candidato; en igual proporción quienes simpatizan con el postulante libertario. Del mismo modo, el núcleo de indecisos que bascula entre no votar o hacerlo en blanco. Casi todo permanecería igual.

Los desplazamientos podrían producirse en cualquier momento sobre todo en la franja de quienes no saben qué hacer. El status quo no sería por ahora una buena novedad para Massa. Porque, según la visión del oficialismo que mayoritariamente compartieron los medios de comunicación, el ministro-candidato sacó una clara diferencia sobre su competidor en el debate. Por puesta en escena y desarrollo. A esta altura el líder renovador pensaba contar con alguna constancia numérica.

Tal indefinición estaría provocando en Massa y compañía una mezcla de incertidumbre insoportable. Además, señales de desesperación. El ministro-candidato viene presionando sobre el sistema pejotista para que la maquinaria funcione a pleno el domingo próximo. Mantuvo una larga conversación con Axel Kicillof para aceitar la votación en Buenos Aires. Donde puede quebrar aquella persistente paridad. El gobernador mantiene por grupos reuniones con los intendentes del conurbano.

El caso de la red de espionaje revelada en la causa del juez Marcelo Martínez de Giorgi, donde quedaron escrachados el diputado ultra K, Rodolfo Tailhade, impulsor del juicio político contra la Corte Suprema, y Fabián “Conu” Rodríguez, nexo con el topo y ex agente policial, Ariel Zanchetta, habría entrado en un impasse. Producto de las numerosas presentaciones de nulidades, que deben resolverse, y de afectados que desean involucrarse como querellantes. “Conu” es amigo íntimo de Máximo Kirchner, miembro de La Cámpora y funcionario de la AFIP, que conduce el kirchnerista Carlos Castagneto.

La fiscal platense Betina Lacki, en cambio, se muestra activa con la causa de la caja negra descubierta en la Legislatura bonaerense que tuvo como hito la detención del recaudador, Julio Segundo Rigau. Apodado “Chocolate”. La funcionaria insiste con el pedido de detención de Claudio y Facundo Albini. El primero es subdirector de personal de la Cámara de Diputados de Buenos Aires. El segundo oficia de concejal del Frente Renovador. Están acusados de integrar una asociación ilícita.

Ante tales desventuras Massa parece accionar toda la botonera. Casi carece de noticias agradables en el tramo final de la campaña. El ministerio de Economía interpretó (e hizo difundir) que el 8.3% de inflación de octubre representaría una baja abrupta del 30%. En septiembre había sido del 12.7%. Ese optimismo forzado se desmoronaría con un puñado de observaciones. El alza de precios redondea en 12 meses el 142.7%. Massa estimó en el Presupuesto que envió a fin de año al Congreso que sería del 60%. Venezuela, por segundo mes consecutivo, registró una inflación mensual menor a aquel 8.3%. De los demás países de la región no hace falta hablar.

El ministro candidato sigue cosechando el apoyo de personalidades. Lo hicieron mandatarios extranjeros luego de rápidas gestiones diplomáticas. Al unísono salieron Pedro Sanchez, premier español, Gabriel Boric, de Chile, José Mujica (ex), de Uruguay y Manuel Lopez Obrador. En su rueda de prensa diaria el presidente mexicano habló de Milei como “un facho ultraconservador enemigo del Papa Francisco”. El respaldo de Luis Ignacio Lula da Silva resultó previsible: viene suministrando a Massa apoyo logístico y financiero.

Otro par de detalles trasuntan el contexto de dificultades que tendría Massa para terminar de volcar la elección. Desde hace tiempo asegura que Roberto Lavagna integrará su hipotético gobierno como gran consejero. El ex ministro de Economía declaró en las últimas horas que votará a Massa. ¿Había necesidad? La semana anterior se produjo otro episodio inédito en la historia de las elecciones en la Argentina: el candidato oficialista acordó con el titular de la AFA, Claudio Tapia, un respaldo explícito de muchos clubes de primera (los principales) y del ascenso de los torneos de fútbol.

Las asimetrías que se creyeron observar en el debate entre Massa y Milei también se multiplican en la campaña callejera. Abruma la cantidad de publicidad oficial. Llama la atención, al margen de los spots publicitarios que forman parte de la reglamentación electoral, la muy módica presencia del candidato libertario.

Macri y su esfuerzo por contener a Milei

Milei viene siendo reiterativo con una fobia. Volvió a tener incidentes con el periodismo en la caravana que realizó ayer en Rosario. “Este acto no es para ustedes”, gritó a uno de ellos. Tampoco oculta la obsesión con la fiscalización para el balotaje del domingo. “Estoy seguro que nos van a hacer trampa”, le dijo a Mauricio Macri durante la reunión que mantuvo el lunes en el hotel céntrico que convirtió en comando de campaña.

El ingeniero hace esfuerzos por contener sus desbordes. Quedó dolido porque Patricia Bullrich fue entre poco elogiosa y crítica de su comportamiento en el debate. Sigue enardecido con el radicalismo, partido entre neutrales y massistas. De poco sirvió, al parecer, el reproche que formuló a Massa por las trece huelgas que el peronismo, en su tiempo, realizó contra Raúl Alfonsín.

También está aguardando mayor protagonismo de dirigentes del PRO que prometieron en privado un apoyo que todavía no hicieron público. Amén de la fiscalización en el conurbano, crucial para sus posibilidades, permanece la persecución de los votos de Juan Schiaretti. Casi un 7% del total. El gobernador de Córdoba le hizo otro guiño indirecto cuando habló en un acto de la “tremenda inflación del gobierno kirchnerista de Massa”. Su latiguillo de las últimas semanas.

El candidato de La Libertad avanza cerrará su campaña en Córdoba buscando repetir y aumentar, en votos, la victoria amplia del 22 de octubre. En esa provincia Schiaretti quedó segundo con 665 mil sufragios. Sobre un total de 1.783.000 que obtuvo en el plano nacional.

Esa brecha encierra otro dilema para la estrategia de Milei. La barrida por Córdoba asoma comprensible. Pero existen más de 1100000 votos extras desparramados en otras provincias donde Schiaretti creció también más de lo esperado. Algunas son Santa Fe, Chubut, San Juan, La Rioja, La Pampa, Tierra del Fuego. Ante una paridad tan férrea un mínimo deslizamiento podría resultar fundamental.

fuente: Clarin

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