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El Centro de Acopio de Colono comenzó la campaña sojera sin opción fluvial ni ferroviaria

El 16 de mayo pasado, el Centro de Acopio y Embarque Barranqueras administrado por la Compañía Logística del Norte (Colono), comenzó a recibir cargas de soja de la campaña agrícola 2022-23. Desde entonces, ingresan entre 50 y 60 camiones por día –según lo permitan las condiciones del tiempo- enviados por clientes que hace años trabajan con la empresa y tienen operaciones habituales utilizando esta infraestructura estratégica de la provincia pero que funciona con restricciones.

La previsión, según reveló el gerente Operativo de Colono, Juan Camarasa, es almacenar unas 60 mil toneladas de soja y maíz, éste último con previsiones de comenzar a llegar a las instalaciones a partir de julio próximo.

Esos 50 a 60 camiones diarios que recibe el Centro de Acopio significan unas 1800 toneladas de soja, que quedan almacenadas en los silos. Las posibilidades para hacer envíos a puertos del Gran Rosario, por vía fluvial, podrían activarse recién a partir de julio, cuando haya en esta región bodegas disponibles. Mientras que la opción ferroviaria está inactiva desde hace años por falta de mantenimiento del tramo de vías que une a este lugar con el Puerto de Barranqueras.

El Centro logístico gestionado por Colono está «en óptimas condiciones operativas», dado el mantenimiento que tienen las históricas instalaciones ubicadas a la vera del riacho Barranqueras. Sin embargo, el servicio que presta es limitado, ya que no puede hacer uso de la opción fluvial -dada la mencionada falta de bodegas para transportar la producción granaria- y por la falta de dragado.

Esas óptimas condiciones operativas implican la posibilidad de recibir hasta 150 camiones por día, aunque las características particulares de esta campaña de soja, con menores volúmenes por la sequía, hará difícil llegar a esa cifra. «La cantidad de camiones que recibimos por día fue en aumento, aunque este año la logística está más holgada», explicó Camarasa.

Las limitaciones

«Colono está preparado comercial, administrativa y operativamente para desplegar el potencial portuario de la región. Con clientes y operaciones activas y vigentes, aún en pandemia y con tres años de bajante del Paraná, la empresa sobrevivió con actividades comerciales genuinas», destacó el gerente.

Las limitaciones para poder materializar ese despliegue del que habla el ejecutivo están dadas por dos motivos centrales: por un lado, la falta de bodega nacional (barcazas) para hacer el transporte de cabotaje, ya que casi no quedan navieras en la Argentina; y, por otro lado, por la falta de adecuación del riacho a los niveles de la vía navegable troncal, para dar previsibilidad a los actores intervinientes y que utilizan la opción fluvial (navieras, agroexportadores, puerto).

De hecho, aunque la altura actual ronda los 2,30 metros, hacia julio se espera una baja estacional del nivel del río, y por tanto sin dragado, las operaciones fluviales serán directamente inviables.

Acerca de la disponibilidad de barcazas, Camarasa explicó además que, en este momento pico de cosecha, almacenaje y transporte de la producción, toda la bodega (en su mayoría de bandera paraguaya, y un porcentaje minoritario de bandera argentina), está abocada al transporte fluvial de la soja en Paraguay.

Es que los valores del vecino país resultan más competitivos que los argentinos: la tonelada de soja cotiza a 515 dólares (en puertos paraguayos) versus los 200 dólares de Argentina que se termina llevando el productor tras deducir las retenciones y por la brecha cambiaria; y el valor del flete fluvial en territorio guaraní ronda los 35 dólares/tn mientras que en nuestro país se ubica en torno a los 13 dólares/tn (en cotización del «blue»).

«Si pudiéramos reconstruir la flota mercante nacional, el Centro de Acopio cuenta con todas las habilitaciones necesarias y vigentes para asumir la operación fluvial», resaltó Camarasa, quien destacó a la vez que la empresa mantiene la dotación de personal que trabaja en ese lugar desde hace años.

Una lógica comercial diferente

Trasladar al Centro de Acopio de Barranqueras la producción de soja desde campos chaqueños o acopios localizados en el interior, y almacenarla en estas instalaciones implica, por el funcionamiento actual, «una lógica comercial diferente», según describe Camarasa, pero que se sostiene también con «la marca y el prestigio» ganado por Colono en tantos años de operaciones.

Es que esa producción estará almacenada en este lugar hasta abrir alguna operación fluvial, desde julio en adelante, o bien podrá optar por la opción terrestre de camiones que vayan rumbo al Gran Rosario, como ocurrió en campañas anteriores.

Acerca de la calidad de la cosecha, el gerente Operativo destacó el buen estado de la soja, incluso mejor de lo que podía esperarse por las características que tuvo la campaña; y estimó que el maíz tendrá todavía mejores condiciones.

fuente: Diario Norte

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