Avia Terai no tiene garantizada el agua para consumo humano
La Red de Salud Popular Ramón Carrillo y Grupo de extensión Chaco-Exactas (FCEyN, Universidad de Buenos Aires) presentó un informe sobre monitoreo ambiental. Los resultados arrojaron valores por encima del código alimentario Argentino.
Este proyecto de investigación tuvo como propósito estudiar la calidad del agua para consumo en Avia Terai y en la comunidad mocoví de La Tigra. Se relevaron las distintas fuentes de consumo de la población mediante una encuesta socio-sanitaria, y se llevaron adelante dos muestreos durante los años 2017 y 2018: uno previo a las fumigaciones del periodo pre-siembra y otro posterior a las fumigaciones post-siembra.
Los miembros del grupo de extensión Chaco-Exactas de la Universidad de Buenos Aires fueron Ezequiel Bargués Cabral, doctora Daissy Bernal Rey, Stefania Butcher, doctora Cecilia Cantera, doctora Gisele Ferreyroa, licenciada Ailén García, Stefanía Maidana, doctora Renata Menéndez Helman, Ornela Trucco y la licenciada Carmín Zangari.
Por estos días se realizó las jornadas de difusión del Relevamiento ambiental llevado adelante en Avia Terai y la Comunidad mocoví de La Tigra. En Avia Teria estuvieron parte del equipo, Ornela Trucco junto a las doctoras Cecilia y Cantera y Renata Menéndez Helman. En diálogo con NORTE brindaron detalles de cómo fue el trabajo de investigación.
«Nosotros habíamos trabajado analizando el agua para consumo humano en Pampa del Indio. Como grupo nos interesa hacer monitoreos en pueblos vulnerables, en muchos casos en pueblos que están relacionados con problemáticas al acceso al agua», explicaron. Además en su trabajo les preocupa la problemática de la expansión de la frontera agrícola, el uso de los agroquímicos y la contaminación de las fuentes de agua en el ambiente en el que viven los pobladores del interior.
A partir del primer trabajo realizado en Pampa del Indio la Red de Salud Popular Ramón Carrillo los convocó ante la situación que estaban sufriendo los pueblos de Avia Teria y la comunidad mocoví de La Tigra. «Nosotros conocemos las denuncias que había en esas poblaciones en relación a intoxicación de los pobladores y la preocupación por las fumigaciones. En el caso Avia Teria [CM1] es un pueblo, donde nosotros en la primera vez que viajamos pudimos observar que en las inmediaciones del pueblo hacían fumigaciones y esto preocupaba a la población», comentó la doctora Renata.
Acceso al agua
En el 2016 la Red de Salud Popular Ramón Carrillo convocó al Grupo de extensión Chaco-Exactas (FCEyN de la Universidad de Buenos Aires). La situación más preocupante es en la comunidad Mocoví de La Tigra, si bien en esta localidad hay una extensión de agua de red de Sameep a través del acueducto en aquel año, al momento del estudio, no llegaba la conexión a los pobladores.
«Los pobladores comentaban, en aquel momento, que faltaba menos de un kilómetros para que pudieran conectarse a la red de agua potable», explicaron. Pero como no llegaba esa agua la población se abastecía de aljibes o pozos poco profundos. La única fuente de agua que le proveía la municipalidad era un tanque que ponía a disposición en la escuela y en la sala de salud. Un tanque que lo cargaba con camiones cisternas eventualmente. Además, cabe agregar que no todos los pobladores tenían acceso al agua de esos tanques, ya que estaban pensados para abastecer a la escuela. Por ello los pobladores usaban fuentes de agua informal como pozos, aljibes o acarreaban agua de otros lugares.
Monitoreo
Los primeros muestreos se hicieron en el 2017 y luego un año más tarde. Se concibieron contemplando la actividad agrícola de la zona, un muestreo en pre-siembra y otro post-siembra. Esa modalidad tuvo en cuenta las prácticas agrícolas que afectan de alguna manera la calidad de las fuentes de agua.
En la localidad de Avia Terai [CM2] el acceso al agua sigue siendo todavía hoy a partir de pozos públicos. Además hay gente que tiene pozos privados, aljibes, también se comercializa agua envasada. Otra fuente para conseguir agua es a través de la comercialización de agua informal a partir de pozos de algunos habitantes que venden a sus vecinos cuando sus aljibes se desabastecen. Así es la caracterización de las fuentes de agua que consumen los pobladores.
En tono animado, Cecilia, Ornela y Renata cuentan que una vez que llegaron a las localidades hicieron relevamientos de los pozos de agua que había disponible. «Hicimos encuestas socio – sanitarias para evaluar qué fuente de agua consumía la gente y para qué usaban la fuente de agua. Se relevó toda esa información y a partir de ahí establecimos los sitios de muestreos que iban a ser representativos en el período pre o post siembra. En la Tigra – la comunidad Mocoví es mucho más pequeña, por ello el relevamiento se hizo a través de las encuestas a modo de entrevista informal. La fuente de agua de consumo eran muy pocas. Así que hicimos los muestreos en los pocos sitios que tenían disponible», explicaron.
Altos niveles de metales, arsénico y plaguicidas
Los resultados de los análisis arrojaron que en las fuentes de agua de la población de Avia Terai hay alto nivel de metales, arsénico y plaguicida. «Nosotros encontramos diversas parámetros con niveles elevados, si hablamos de los pozos públicos que serían las fuentes de agua comunitaria en Avia Terai, en líneas generales encontramos altos niveles de arsénico. Este es un metaloide que está en forma natural y que en nuestro país hay muchas zonas que tiene altos niveles de arsénico, el código alimentario argentino plantea un límite de cincuenta partes por billón[CM3] , que a raíz de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud ha sido modificado a diez partes por billón[CM4] [p5] . Los pozos superaron ambos límites[CM6] , en algunos casos 50ppb y en otros casos superaron el límite de 10ppb. Todos los pozos superaron alguno de estos límites en ambos muestreos . Todos los niveles los comparamos con el código alimentario argentino. En el caso de los pozos públicos teniendo en cuenta estos niveles los cuatro pozos públicos superaron uno o varios parámetros que determinaron que el agua no era de calidad apta para el consumo humano», resaltó Renata.
Presencia de plaguicidas
Cabe señalar que todos los valores fueron comparados con el Código Alimentario Argentino. «Un detalle que podemos advertir es que en el Código Alimentario no hay límite para muchos [CM7] plaguicidas. Es una deuda que tienen los legisladores. A modo de ejemplo, hay un insecticida clorpirifos, que hace unos años fue prohibido en nuestro país y que no tiene ningún límite en el código alimentario. En otros países, por ejemplo en la Unión Europea se habla un máximo para los plaguicidas de 0.1 por partes por billón, cuando nosotros encontramos 0.5 o 1 ppb en algunos casos».
El equipo evaluó también el agua de una laguna en Avia Terai. En ese caso la compararon con la legislación de la ley de residuos peligrosos que tiene valores guías para la protección de la vida acuática. En estos casos se detectaron altos niveles de metales pesados y presencia del insecticida clorpirifos.
«Es necesario certificar agua segura»
Todo este informe fue presentado a la población y los resultados fueron entregados a la intendencia y a las autoridades de salud. «Son las autoridades quienes tienen que tomar decisiones al respeto y son quienes pueden intervenir para certificar el acceso al agua segura para consumo de sus pobladores», destacó el equipo de investigadoras de la UBA.
Renata Menéndez Helman
«El monitoreo que realizamos dio cuenta de que la calidad de agua apta para consumo humano no estaría siendo garantizado en Avia Teria. Por lo tanto un punto importante es acompañar a la población para que haya medidas que den cuenta de un cambio ante esta situación. En Avia Terai están esperando la extensión del acueducto, que por lo que sabemos avanzó la obra pero hoy todavía no es una realidad en las casa de cada uno de los pobladores. Nuestra intención es acompañar con este informe a la población donde ya no hay supuestos, hay números y cifras que indican que el agua no es potable», afirmaron.
Universidad pública Argentina
En diálogo telefónico Ornela Trucco junto a las doctoras Cecilia Cantera y Renata Menéndez Helman comentaron que los pobladores se mostraron agradecidos ante la lectura del informe en Avia Terai. «Nosotros somos un grupo grande de docentes, estudiantes, investigadores y becarios que trabajamos aquí ad honorem. No recibimos ninguna remuneración por llevar adelante estos proyectos», explicaron. Cabe señalar que el financiamiento corrió por cuenta de la Universidad de Buenos Aires y de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.
«Hicimos y hacemos este trabajo porque venimos de la Universidad Pública y tenemos la convicción de que nuestros conocimientos deben brindarse para dar respuestas a este tipo de problemáticas sociales. No somos las personas que pueden dar soluciones sino que venimos a darles las herramientas para reclamar por sus derechos. Tanto las autoridades y los pobladores son los que tienen que tomar cartas en el asunto para evaluar qué cambios o medias hay que tomar para garantizar el agua segura», expresaron.
En este contexto es necesario resaltar que todos los habitantes de nuestro país gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras (artículo 41, Constitución Nacional).
Reclamar el cumplimiento de la Ley de Biocidas
‘Si bien en la zona la población está expectante por la inauguración del acueducto, lo que advierte es que eso soluciona en parte la problemática. Denuncian que se sigue realizando fumigaciones en forma reiterada, sin ningún aviso, fumigaciones aéreas en cercanías de las viviendas, de escuelas tanto en la zona periurbana como en escuelas rurales. No hay controles‘, expresó en comunicación telefónica con NORTE Alejandra Gómez, de la Red de Salud Ramón Carrillo.
‘La población realiza denuncias pero la situación no cambia. No hay frenos para las fumigaciones. La gente está cansada de hacer denuncias y que no hay un freno a esta situación‘, advirtió.
En la presentación realizada días atrás en Avia Terai, el equipo de salud del Hospital Italiana de Buenos Aires se hizo presente por medio de un video donde expuso los resultados de los muestreos de orina humana que hicieron en la localidad.
Por último, desde la Red Carrillo explicaron que seguirán realizando relevamiento en la zona, ‘vamos a continuar reclamando el cumplimiento de la ley de Biocidas, de la ley de residuos peligrosos, en particular a todo lo relacionado a controles preventivos y monitoreos del estado de la salud y el agua. Las medidas inmediatas están relacionadas a garantizar en la brevedad el acceso al agua segura a toda la población y el seguimiento del estado de salud de las personas que estén presentando alguna patología asociada a la exposición a los productos encontrados en el agua‘.
fuente: Diario Norte