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Lula destituye a comandante del Ejército brasileño

La medida se toma a casi dos semanas del ataque de bolsonaristas a las sedes de los tres poderes del Estado, en Brasilia. El militar se habría negado a sancionar a oficiales bolsonaristas.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva destituyó este sábado al comandante del Ejército, general Julio César de Arruda en una durísima aunque no totalmente inesperada reacción dos semanas después de la intentona golpista del 8 de enero en Brasil.

El mandatario, quien no ha ahorrado comentarios sobre la eventual complicidad de oficiales militares con los golpistas, se había reunido el viernes con los jefes de las tres fuerzas armadas, incluido Arruda. En esa reunión les demandó que sancionen a los uniformados vinculados con los extremistas, sin tener en cuenta su rango.

En ese encuentro se remarcó la necesidad de despolitizar a las FF.AA., para revertir el comportamiento inverso que había tenido el pasado gobierno de Jair Bolsonaro. Arruda había asumido el cargo interinamente el 30 de diciembre, dos días antes del fin del gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, y fue confirmado por la administración de Lula la primera semana de enero.

La relación del presidente con Arruda venía complicada debido a que, tras el ataque vandálico del 8 de enero en Brasilia, el general impidió el ingreso de policías militares del Distrito Federal al campamento golpista instalado frente al Cuartel General del Ejército en Brasilia, indicó el portal del diario Estadao.

Añadió que durante la última semana, Lula ya venía mostrando irritación con Arruda por esa posición, pero había dudas en el PT sobre las consecuencias de un desplazamiento con el riesgo de acrecentar la crisis con los militares.

Tensión por un coronel aliado de Bolsonaro

Pero otro tema de gravedad pesó también en la drástica decisión. El jefe militar se habría negado a dar marcha atrás al nombramiento pactado el año pasado del teniente coronel Mauro Cesar Barbosa Cid, un fiel ladero de Bolsonaro de quien fue su ayudante hasta el final del gobierno. Cid tenía garantizado hacerse cargo de un importante batallón del Ejército en Goiana.

La prensa brasileña indicó que hubo mucha presión sobre el destituido Arruda para que esa designación fuera cancelada debido a la desconfianza del gobierno con los militares vinculados al anterior gobierno. Lula ya despidió a más de un centenar de oficiales que estaban asignados en posiciones en la sede del Ejecutivo en el Palacio do Planalto y en la residencia presidencial de la Alborada.

Según una investigación del sitio Metrópoles había en marcha una investigación en la Corte Suprema sobre unas opacas transacciones financieras en las que habría participado Cid, muchas de ellas en efectivo, y que habría realizado para Bolsonaro y la entonces primera dama Michelle.

Durante el final de su presidencia, el ex mandatario fue cuestionado debido a la existencia de más de medio centenar de operaciones inmobiliarias que involucraban a su familia y la de su ex esposa, todas realizadas en efectivo, aparentemente para impedir el rastreo del dinero.

Estadao citó al nuevo jefe militar, Rivero Paíva, como parte del ala militar que subraya la necesidad de respetar el resultado de las urnas. “Seguiremos garantizando nuestra democracia, porque la democracia presupone libertad y garantías individuales y públicas. Y es el régimen del pueblo, de alternancia en el poder. Es el voto. Y, cuando votamos, tenemos que respetar el resultado de la urna”, sostuvo.

El militar ha tenido buena sintonía con el PT y con el vicepresidente Geraldo Alckmin. Paiva, además, fue asistente del expresidente Fernando Henrique Cardoso, ex jefe político de Alckmin y muy cercano a Lula.

Sin embargo, también se recordó que Paiva fue jefe de gabinete del excomandante del Ejército Eduardo Villas Bôas, un histórico crítico de Lula y autor de mensajes en las redes que hablaban de un destino catastrófico para el país si ganaba la oposición petista.

fuente: Clarin

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