“La suerte está echada”, dice Cavallo: a lo máximo que puede aspirar el gobierno es que la inflación no supere el 80%
“A pesar de la continuidad de la reactivación económica post pandemia, hasta 2024 la suerte económica está echada. La economía no va a mejorar, pero si puede empeorar. Y mucho”.
Tal la primera fase del reciente posteo de Domingo Cavallo en su sitio en internet, que tituló: “Que la inflación anual no supere el 80% es lo máximo a lo que puede aspirar este gobierno”.
El exministro de Economía basa su proyección en un “ejercicio de simulación”, a partir de suponer que el gobierno cumplirá las metas fiscal y monetaria del programa con el FMI, pero solo en términos del PBI, no en valores nominales, debido “al escenario inflacionario, tan volátil e imprevisible”.
De hecho, Cavallo afirma que el gobierno no podrá cumplir con los supuestos de inflación con los que se elaboró el programa ni con la meta de acumulación de reservas en el Banco Central, pero supone que el Fondo otorgará las dispensas (waiver o perdón de metas) necesarias para evitar que la Argentina incurra en atrasos.
Para lograr este escenario, el mejor al que el gobierno puede aspirar, dice Cavallo, deberá aumentar muy pronto el ritmo de devaluación oficial (a entre 4 y 5% mensual), elevar la tasa de interés del BCRA y también la que paga el Tesoro para colocar deuda interna, a no menos de 4,7% mensual, es decir 56% nominal anual o 73% efectiva anual.
Tarifas
Además, añade el creador de la convertibilidad, el gobierno deberá aumentar fuertemente las tarifas eléctricas, del gas y de transportes, para reducir los subsidios económicos un 0,8% del PBI respecto a lo gastado en 2021. Si no lo hiciera, deberá reducir la inversión pública o algún otro ítem del presupuesto.
El extenso posteo, con su apéndice de cuadros y gráficos, concluye que si el gobierno cumple con todas las condicione, la inflación podría ubicarse en 72% anual a fin de año, pero podría superar perfectamente el 80% si se prolongan los desvíos que –dice- “ya se observan en el mes de abril”.
Cavallo es lapidario acerca de las posibilidades del Ejecutivo de revertir o mejorar significativamente la actual situación. “Me resulta difícil imaginar que este gobierno consiga un mejor escenario alternativo, con Guzmán o con cualquier otro ministro de economía que pueda sustituirlo con el actual contexto político”.
En cambio, añade, “sí puedo imaginar resultados mucho peores si el cambio de ministro se hiciera para dar cabida a las ideas de quienes rodean a la Vicepresidenta”.
E la nave va
Y todo esto a pesar de que Cavallo considera posible que continúe la recuperación del nivel de actividad, para cerrar 2022 con un aumento del 4% del PBI. Al respecto, cita varios indicadores, como el avance del 7,2% del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) en el primer bimestre, el aumento del 3,5% del “Índice general de Actividad (IGA) del estudio de Orlando Ferreres y el 3,2% del Índice de Actividad Industrial de FIEL del primer trimestre. Incluso citas datos aún más positivos, como los del índice Construya y los datos de producción de automóviles de Adefa, con un aumento del 17,7% en el primer trimestre.
Por otra parte, observa que la amplia diferencia entre el crecimiento de las ventas en Shoppings (36,8%) y en supermercados (4,9%) “seguramente refleja la mayor capacidad de compra de los estratos de ingresos altos y medio altos que complementan sus ingresos con desembolsos de ahorros anteriores en dólares para financiar los niveles de consumo a los que estaban acostumbrados antes de la pandemia”. Todo eso apunta, justifica, a un aumento del 4% del PBI, como publicó en su más reciente actualización el FMI.
Pero hay factores que pueden frustrar esas expectativas, dice Cavallo, en especial las restricciones a la importación de insumos para la industria y la escasez de gas y gasoil en el invierno que, no obstante, podrían ser compensadas por un mejor desempeño agropecuario, sector en el que –observa- “las estimaciones sobre perdidas de la producción de soja y de los cereales por las malas condiciones climáticas están siendo recortadas y las estimaciones de producción están aumentando”.
Dolor inflación
Mucho menos halagüeño, prosigue, es el panorama en materia de inflación, que promedia en un 5% mensual aunque cita que el salto de la inflación minorista de marzo del Indec fue mucho mayor, llegando al 6,7% en marzo y “en abril estaría apenas abajo del 6%”.
De allí el exministro proyecta la dinámica inflacionaria para el resto del año considerando cuatro factores: el ritmo de devaluación del dólar oficial, el aumento en la tasa de interés, su efecto sobre la brecha cambiaria con el mercado libre y la evolución de los salarios nominales.
Del ritmo de devaluación nota que todavía está lejos de la tasa mensual de inflación y que, según lo acordado con el FMI, debería acercarse al 5% mensual, un aumento que –dice- “es claro que va a empujar a la tasa de inflación para arriba”. Al respecto, observa que mientras la tasa de devaluación cayó entre abril y noviembre de 2021, también lo hizo la tasa de inflación, pero desde diciembre, a medida que la devaluación fue aumentando de ritmo, también lo hizo la inflación, incluso más que el dólar. En su “simulación”, Cavallo asume que hasta fin de año el gobierno devaluará al 4,5% mensual, con el dólar aumentando el 60% en todo el año, lo que a su vez empujará la tasa de interés del BCRA (al 4,7% mensual), para reducir la brecha cambiaria, y la que deberá pagar el Tesoro, para financiar el déficit fiscal.
Allí Cavallo denuncia cierta lentitud del Banco Central, que deberá aumentar la tasa no solo para restarle atractivo al dólar, sino también para que el Tesoro pueda colocar suficiente deuda para atender sus vencimientos. Ya en abril, dice Cavallo, las colocaciones de Economía quedaron $ 106.000 millones por debajo de los vencimientos y los vencimientos de mayo son “bastante más altos que los de abril”.
Salarios
En cuanto a salarios, Cavallo recuerda que cada vez que se trató de recuperar el ritmo de aumento de los salarios, la inflación terminó aumentando y deteriorando el salario real. Por eso, cree, en los próximos 12 meses los salarios perderán con la inflación.
De las cuentas fiscales destaca la importancia de reducir los subsidios en 0,8 % del PBI, que se lograría “con el aumento de los precios de la electricidad, el gas y los transportes”.
Allí el exministro lanza una advertencia: “si, por oposición de la vicepresidenta, no se logra aumentar los precios de la energía como para producir esta reducción de los subsidios económicos, el gobierno no tendrá otra alternativa que recurrir al rubro gastos de capital”, esto es la inversión pública, que es lo que más demanda el kirchnerismo y dice querer defender el gobierno de Alberto Fernández.
Mucho más difícil sería reducir el gasto en jubilaciones o en programas sociales, dice Cavallo, antes de concluir que “es posible que la meta fiscal del 2,5% del PBI como porcentaje del PBI pueda ser cumplida”.
También considera “cumplible” la meta monetaria, si se aumenta lo suficiente la tasas de interés, aunque cree que esto no bastará para atraer más depósitos a plazo fijo, que estima se reducirán de 14,6 a 12% del PBI.
Lo que el Gobierno no podrá cumplir, según Cavallo, es la meta de acumulación de reservas, teniendo en cuenta que el superávit comercial se reducirá de USD 15.000 a 12.000 millones a menos que el gobierno restrinja las importaciones más de lo que está haciendo actualmente. “De hacerlo, se comprometería mucho el proceso de reactivación de la economía y el crecimiento del PBI. Teniendo en cuenta que ese crecimiento es el único resultado positivo que el gobierno puede mostrar de su gestión económica, no cabe esperar que lo vaya a resignar”.
De ahí la estimación de una inflación de base del 72% anual, que podría aumentar e incluso desmadrarse si hay nuevos episodios de inestabilidad política y tienen cabida, como pone Cavallo, “las ideas de quienes rodean a la Vicepresidenta”.
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