Duro rechazo de la CGT y la CTA a la reforma laboral del nuevo jefe de asesores del Presidente
as declaraciones del futuro jefe de asesores del Presidente, Antonio Aracre, sobre la posibilidad de avanzar con una reforma laboral con el objetivo de reducir la informalidad y conformar una agenda común con la oposición, generaron ruido y rechazo en los distintos sectores sindicales que comulgan con el Gobierno.
Las críticas más duras provinieron del gremio de Camioneros: su secretario adjunto, Pablo Moyano salió con los tapones de punta a marcarle la cancha al nuevo funcionario. “¿Qué cargo tiene? Un chanta. ¿Jefe de asesores? Un chanta. ¿Jefe de asesores de qué?”, arremetió el líder sindical este domingo en Radio 10. El rechazo se extendió a Héctor Daer (Sanidad), que comparte con Moyano y Carlos Acuña la conducción de la CGT, y al titular de la CTA Autónoma, Ricardo Peidro.
“Un chanta, es el pensamiento de los gorilas que tenemos dentro de nuestro espacio. Son gorilas. Esos son los errores que comete nuestro gobierno”, criticó Moyano y agregó: “Este tipo nunca salió de una oficina. Son esos técnicos economistas que nunca salieron a la calle”. Lejos de cualquier diplomacia, el líder sindical le envió un mensaje a Fernández: “Si fuera el Presidente, ya le estaría pidiendo la renuncia”, disparó. Aracre aún no asumió el cargo: está previsto que lo haga el 1° de febrero.
Ayer, en un comunicado, Moyano se había referido en duros términos a los dichos de Aracre, que en diálogo con LA NACION, había deslizado la posibilidad de poner en marcha una “flexibilización” laboral para tender un puente de diálogo con la oposición.
Más críticas sindicales
Aunque en un tono más moderado, desde otros sectores gremiales también manifestaron su rechazo a una eventual reforma laboral.
“Es una banalización absoluta”, le dijo Daer, a LA NACION. “Arrancar por ahí es echarle la culpa de la informalidad a los derechos que tienen los trabajadores. No sabemos qué es lo que propone, hay que preguntarle de qué habla, pero ninguna reforma per se va a traer soluciones al tema laboral si no se resuelve la política y la economía de nuestro país”, sostuvo el sindicalista del gremio de la Sanidad.
Daer desvinculó la falta de inversiones con los procesos de contratación: “Que no haya inversiones no amerita ninguna reforma laboral. Tiene que ver con cuestiones de macroeconomía, con cuestiones de otra índole, que no tienen nada que ver con la flexibilización. El tema es otro, el país producto del endeudamiento está empobrecido”, agregó.
Al igual que Daer, el secretario general adjunto de la CTA Autónoma, Ricardo Peidro, sostuvo que ese tipo de “políticas” ya se han implementado “sin éxito” en el pasado. “La historia nos dice que [la flexibilización laboral] siempre fue la excusa de las grandes patronales para seguir maximizando ganancias. No mejoró el empleo y se pretenden quitar derechos a los trabajadores”, sostuvo ante LA NACION.
“Sin conocer lo que está planteando, cuando ya se pone el título de flexibilización laboral para la clase trabajadora nosotros planteamos nuestro rechazo. No estamos de acuerdo con eso de que la flexibilización trae mayor inversión”, sentenció.
El ex-CEO de Syngenta, que asumirá en febrero como jefe de asesores, se había referido a la posibilidad de impulsar una reforma laboral “no tradicional” para los trabajadores que se encuentran por fuera del mercado formal de trabajo “sin modificar los derechos adquiridos de quienes hoy ya están el mercado laboral”.
“No sabemos a qué se refirió. No sabemos que es ‘sin perder derechos’. Nosotros por supuesto defendemos que se incorporen los trabajadores al circuito formal del mercado de trabajo sin perder los derechos que han sido adquiridos”, matizó Peidro.
Aracre, que ya solicitó una reunión con la vicepresidenta Cristina Kirchner, también habló sobre la necesidad de “agilizar el Estado” para promover las inversiones en el país y adelantó que planeaba presentarle al Presidente una agenda política con algunos puntos claves que convocaran a la oposición. En esa línea, el exCEO de Syngenta sugirió la posibilidad de impulsar una “flexibilización laboral” para seducir a Juntos por el Cambio y convocarlos a una mesa de diálogo, en la cual también estaría en carpeta la posibilidad de poner en marcha una reforma tributaria.
“Pensando en qué puede llegar a ser interesante para Juntos por el Cambio para que accedan a sentarse en una mesa de diálogo, a pesar de las disputas que existen en otros temas, [creo que] podría ser una modernización laboral para pibes menores de 30 o adultos mayores de 50 con dificultades para insertarse en el mercado de trabajo”, le había dicho Aracre a este medio.
Ante las repercusiones que hubo en los distintos sectores sindicales, el nuevo funcionario salió ayer a aclarar su postura en redes sociales. Con un mensaje en su cuenta de Twitter, Aracre despegó a Alberto Fernández de la propuesta y sostuvo que su “intención fue proponer un debate pensando en que los muchos millones de argentinos que hoy tienen un trabajo informal y precario puedan acceder a uno que les garantice una obra social, jubilación y paritarias sin que se modifiquen los derechos adquiridos del resto”.
fuente: La Nación