Economía

Ni rumbo ni visión

Un consenso no firmado: objetivo central de la política económica, pensar cómo crecer y mantener el norte del pleno empleo (Reuters)
Un consenso no firmado: objetivo central de la política económica, pensar cómo crecer y mantener el norte del pleno empleo (Reuters) (AGUSTIN MARCARIAN/)

Cuando en las principales economías occidentales el concepto del “neoliberalismo” surgió con fuerza, dos líderes políticos -más allá de haber realizado o no, sus consignas simplificadoras- sintetizaron de manera contundente las bases de esos cambios para la política. Más allá del discurso, esos giros copernicanos, en el centro no ocurrieron del todo.

Algunos ejemplos de la continuidad del “Estado en la construcción del capitalismo”: Instalación de Jaguar Land Rover en Eslovaquia, subsidio al capital 25%, (2016/2018; Ford Motor Company USA USD 1.600 millones (2007/2015); Elon Musk, Tesla Batteries Gigafactory, Sparks, Nevada, subsidio 40% (2014). Cuando algunos colegas proponen hacer lo que “hace el mundo” ¿de qué mundo hablan? Volvamos.

Los líderes del cambio en la perspectiva fueron Ronald Regan (1981/1990) y Margaret Thatcher (1979/1990). Luego fue “El espíritu de la época” (John Stuart Mill, 1831). Pero “el Estado en la construcción del capitalismo” continuó.

Antes Occidente había vivido los 30 gloriosos: el Estado de Bienestar. Lo que fue una etapa de enfermedad (la estanflación) terminó en su eutanasia. El Estado de Bienestar había logrado 30 años de crecimiento ininterrumpido y el avance gigantesco en la igualdad, lo que consagró a la democracia como el sistema que habían soñado sus conquistadores: libertad, igualdad, fraternidad.

El Estado de Bienestar había logrado 30 años de crecimiento ininterrumpido y el avance gigantesco en la igualdad, lo que consagró a la democracia

En la libertad, con el espíritu de fraternidad de las dirigencias políticas, se produjo la progresión de la igualdad: el gran momento de Occidente.

Margaret Thatcher fundó la doctrina de “la sociedad no existe”. No hay tal cosa como el Bien Común. El bienestar general, en esa doctrina, será la suma de los bienestares individuales. Por tanto, es tóxico ocuparse de manera directa de los que se encuentran lejos de una situación de bienestar. Estar bien es un problema de cada uno; y la mejora provendrá del esfuerzo individual y del derrame del exceso de bienestar de otros. Lo que te haya tocado.

Ronald Reagan -pari passu- derivó la conclusión: “el Estado no es parte de la solución y si es parte del problema”. Naturalmente si “hay sociedad” y “hay común” la organización es el Estado.

En la medida que lo común desaparece y la sociedad se desintegra en los individuos que la componen, está claro que el Estado será un costo de utilidad nula. Retírese. En esos años una agrupación llamada “La mirada” California, puso en discusión el tema de la seguridad y el de la adopción de niños. La solución de “La mirada” prescindía del Estado.

La forma más simple era hacer responsable de la seguridad a quien es el más interesado en que la gente no sea herida o asesinada o robada. Y la conclusión de “mercado” era obvia: “la compañías de seguros” procurará evitar los delitos porque deberá pagar por ellos.

No se trata “del orden” sino de una transacción: si me roban Ud. paga. La seguridad de todo y cada uno es un tema de mercado. ¿Para qué el Estado?

Personas que desean adoptar y niños que necesitan que alguien se ocupe de ellos. Los trámites son interminables. Pero hay -para “La Mirada”- una solución de mercado: el remate. Los niños serán adoptados por el mejor postor. La lógica es que, el que más paga, es el que más interés tiene; y quien se ocupará en proporción a lo pagado.

Revoleo de ideas

Sea como se llame es el revoleo de ideas del mismo origen que se están poniendo de moda en los medios nacionales. Para halagarlas o para denostarlas. Son más los comunicadores del halago basados en la creencia que así funciona el mundo que crece. Pero los que se prenden a la crítica de este discurso, insólitamente, creen que son esas las ideas dominantes en Occidente. Por eso Cristina se prende como Alberto al modelo ruso o al modelo chino (las autocracias).

Cristina se prende como Alberto al modelo ruso o al modelo chino (las autocracias) (Reuters)
Cristina se prende como Alberto al modelo ruso o al modelo chino (las autocracias) (Reuters) (MATIAS BAGLIETTO/)

En 1991 Michel Rocard y Paul Ricoeur debatían en Esprit sobre “Justicia y Mercado”. Los mismos problemas, pero en otras dimensiones. La coincidencia era que hay bienes y servicios cuya transacción puede resolver el mercado; y otros que, por su dimensión ética, debe resolver el Estado. O la dimensión “fraternidad” de la democracia.

Preservar la libertad, asegurarnos el camino hacia la igualdad, son “bienes” contradictorios. La armonización pasa necesariamente por el espíritu de fraternidad que debe expresarse en el Estado.

El ruido de las polémicas presentes es viejo, oxidado. También aquí. En 1991 Rodolfo Rossi (UCD) se declaraba “anarco capitalista”. Pero para los medios los halcones del PRO y los mediáticos de Avanza Libertad, Libertad Avanza transmiten “ideas nuevas”. Claramente no lo son. Pero ponen en evidencia lo que se ha olvidado.

Para los medios los halcones del PRO y los mediáticos de Avanza Libertad, Libertad Avanza transmiten “ideas nuevas”. Claramente no lo son

En nuestros 30 gloriosos tuvimos los 30 años de mayor crecimiento por habitante de nuestra historia. Un consenso no firmado: objetivo central de la política económica, pensar cómo crecer y mantener el norte del pleno empleo.

Para pensar cómo crecer hay que, desde el Estado, convocar inteligencia y tecnología; y cultivar una clase política que privilegie trayectorias y no oportunismos.

Entre los halcones hay montoneros (que avalaron el asesinato para el socialismo) kirchneristas (que votaron todas las leyes y todos los jueces que hoy nos humillan) y asesores de personajes como Antonio Domingo Bussi (crímenes de lesa humanidad). Lo que evidencia que lo que domina es la vocación por llegar.

Halcones liberales y halcones kirchneristas no resisten el mínimo análisis de coherencia. Con gente incoherente la política va a los tumbos y así nos va.

Marxistas de Groucho, hoy tengo estas ideas y si no tengo estas otras. En realidad no tengo ninguna. Se nota. No tienen ni rumbo ni visión.

Sarasa (perdón habitantes de Colón).

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